
Por Ulises Gallegos CEO, Que Te Valga, Mercadeo Digital y Publicidad.
Recuerdo la historia de aquel niño que le pidió a Santa Claus que dejaran de hacer bullying a su hermanita melliza Amber en la escuela, a quien molestaban por ser obesa…
Recuerdo también el titular de un noticiero estadounidense que decía: ¨sufría de bullying y se suicidó¨
O de la niña que venció el cáncer pero se quitó la vida por la misma razón: Bullying Cibernético.
Historias como estas se repiten a diario en todo el mundo y seguramente usted está muy cerca de alguien que sufre este tipo de acoso y no hace nada por evitarlo.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), dos de cada 10 estudiantes lo sufren en sus colegios, es decir que unos 246 millones de niños, adolescentes y jóvenes padecen este tipo de hostigamiento en el planeta.
La agresión e intimidación repetitiva de una o más personas contra un individuo, por su apariencia, personalidad o posición económica, al punto de afectar su autoestima utilizando medios digitales, es a lo que se le conoce como Ciberbullying.
Las diversas tecnologías de información, el internet o las redes sociales son el principal canal de viralización para los agresores que se dedican a la práctica del ciberbullying, pero la existencia de estas plataformas no es en sí el problema, sino el mal uso, la falta de orientación e incluso la ausencia de valores.
Les invito a que hagamos una evaluación sobre nuestro comportamiento en las redes sociales y valorar si nuestra participación en ellas es constructiva o destructiva.
Para ser un agresor de ciberbullying no se estudia, de hecho es más fácil usar las plataformas digitales para destruir que para construir. El mérito auténtico es, pudiendo hacer daño, no hacerlo.
De acuerdo a un estudio realizado por una red colombiana que busca prevenir esta práctica entre la población adolescente y juvenil, denominado ENTIC-CONFÍO, algunas de las razones más comunes por las que una persona guarda silencio cuando es víctima de ciberbullying son:
• Sentimientos de vergüenza y debilidad
• Temor a la venganza del acosador
• Presión social
• Miedo a la falta de credibilidad
• Creer merecer la situación
En El Salvador, han habido casos que trascienden a ataques difamatorios y que pueden ser catalogados como ciberbullying y van desde la creación de cuentas con identidades falsas, réplicas de sitios web, montajes fotográficos denigrantes, campañas de ataque y rumorología a través de medios digitales, sexting (envío de mensajes, fotos o videos de contenido sexual por medio de dispositivos móviles), entre otros.
Pero, ¿Qué tan analíticos somos al consumir lo que vemos en internet?
¿Cómo detectar cuando un contenido o noticia es falsa?
A continuación les presento siete pasos:
1. Estudie la fuente
2. No se conforme con el titular:
3. ¿Quién es el autor?: ¿es fiable? ¿es anónimo?
4. Indague en fuentes adicionales
5. ¿Es una broma?
6. Considere su sesgo: Tenga en cuenta que sus creencias podrían alterar su opinión.
7. Pregunte a un experto
Los grandes cambios comienzan, con las pequeñas acciones que emprendamos a favor de las masas.
No demos fuerza al asesino en serie en el que se ha convertido el Ciberbullying.
Como dijo el periodista y escritor uruguayo Eduardo Galeano, ¨Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar al mundo¨